El enfoque de Cuidado Centrado en el Paciente o “Patient-Centered Medical Home”, como se le conoce en inglés, está tomando auge en Puerto Rico y promete seguir creciendo.
Se diferencia del enfoque tradicional de cuidados de la salud en que provee mejor acceso, coordinación de servicios y calidad, asignando un equipo de profesionales de la salud a disposición del paciente.
Conversamos con María F. Levis, especialista en la transformación de sistemas del cuidado de la salud, quien es además fundadora y CEO de Impactivo, sobre la importancia de este enfoque. Además, dialogamos sobre lo que podemos esperar para el 2018, en cuanto al estado de la salud pública en Puerto Rico.
¿En qué consiste el cuidado centrado en el paciente?
María F. Levis (M.F.L.) – El cuidado centrado en el paciente tiene seis estándares:
- Estructuración de equipos de cuidado en la práctica clínica
- Conocimiento y gerencia de los pacientes
- Acceso y continuidad de los servicios de salud
- Apoyo al paciente y manejo de cuidados
- Coordinación de servicios y transiciones entre niveles de cuidado
- Mejoramiento de calidad y medición
Cuando el enfoque está centrado en el paciente, un grupo multidisciplinario de profesionales apoya al médico de cabecera para asegurar que el paciente recibe todos los servicios que necesita para prevenir enfermedades y manejar sus condiciones de salud.
Por ejemplo, un paciente diabético que se atiende bajo este enfoque recibe recordatorios de su equipo de cuidado sobre sus citas, laboratorios y pruebas que necesita hacerse para manejar efectivamente su condición.
Además, trabajan juntos en un plan de cuidado individualizado. El paciente también recibe orientación sobre cómo mejorar su alimentación, acerca de sus medicamentos y de cómo llevar un estilo de vida más saludable. Igualmente, el equipo se asegura de que haya más comunicación entre el médico de cabecera y otros especialistas para coordinar las recetas y régimen de cuidado del paciente.
Todo esto se logra con una estructura de práctica clínica organizada en equipos con roles y responsabilidades definidas, lo que permite a cada miembro ejercer al tope de su licencia.
Esta estructura permite que el médico tenga más tiempo para atender el diagnóstico y tratamiento de sus pacientes, debido a que están apoyados por un equipo.
Las prácticas centradas en el paciente también utilizan más la tecnología y los récords médicos electrónicos para monitorear que al paciente nunca le haga falta el cuidado que necesita.
Con este enfoque, los proveedores de cuidados de la salud funcionan como un equipo; se apoyan mutuamente. Hay un plan de salud para cada paciente, con metas individualizadas. El médico primario le da seguimiento a estas metas y el resto del equipo vela porque el paciente tenga todo el apoyo que necesita para cumplirlas.
¿Cómo ha sido la adopción de este enfoque en Puerto Rico?
M.F.L.– Este movimiento ha cogido bastante auge en Puerto Rico en los pasados años. Llevamos muchos años educando sobre este tema y finalmente estoy escuchando a los partícipes de todos los sectores de la industria de la salud hablar sobre el modelo. Desde aseguradoras, PBMs (Pharmacy Benefit Managers) y compañías farmacéuticas, hasta el gobierno. Todos hablan de la necesidad imperativa de trabajar con ese modelo.
¿Cuáles son los beneficios del cuidado centrado en el paciente?
M.F.L.– Una de las particularidades de este modelo es que cada persona en el equipo clínico del paciente opera al tope de su licencia. Esto es así porque se le provee al médico más apoyo en las gestiones administrativas, estándares y de educación al paciente. De este modo, el médico puede enfocar su tiempo en ejercer sus conocimientos clínicos para diagnosticar y atender efectivamente al paciente.
Este modelo también es sumamente importante en este momento histórico en Puerto Rico, debido a que ayuda a atender la crisis del éxodo de médicos. En fin, este modelo realmente crea un sistema de apoyo, tanto para los pacientes como para los proveedores, que beneficia la salud del paciente.
Entre los resultados positivos que se han registrado en evaluaciones acerca de este modelo, se incluyen una disminución en la espera del paciente, mejoras en la calidad de sus indicadores de salud y se abaratan los costos para el sistema de salud al mantener a los pacientes más saludables.
Investigaciones independientes han evidenciado reducciones de:
- 29% en las visitas a sala de emergencias
- 16% en hospitalizaciones
- $10 en los costos mensuales por miembro
- $11.75 en gastos por concepto de medicinas, por paciente, por mes
También han probado contribuir al aumento en la adherencia a tratamientos para los pacientes diabéticos, en al menos un 20%, y en las pruebas de detección temprana como las de cáncer de seno (6.8%), cervical (9%) y colon (18.1%).
¿Qué podemos esperar en el 2018 en cuanto a la salud pública en Puerto Rico?
M.F.L.– El 2018 será un año de reconstrucción. Yo espero que también trabajemos en el re-diseño de un sistema enfocado en el paciente (no solo un modelo), que sea más coordinado y esté preparado para atender situaciones de crisis como las que vivimos ante el paso del huracán María.
Nuestro sistema de salud nunca va a ser lo que fue, pero tenemos la oportunidad de construir algo mejor. Algo que ha caracterizado la respuesta al huracán María es la colaboración entre diferentes entidades y el sentido de urgencia, que es algo de lo que carecía nuestro sistema.
El huracán María nos ha dado lecciones sobre cómo diferentes sectores que antes no hablaban pueden colaborar. Hay que continuar haciendo eso, bajo la luz de que todos debemos estar más preparados.
Otro gran aprendizaje fue la capacidad de los pacientes y las comunidades de levantarse cuando poníamos los recursos y la educación a su disposición. Desde esta perspectiva, es muy importante empoderar a nuestros pacientes sobre cómo cuidar de su salud. Los esfuerzos para autocontrol de enfermedades y para prevención, desde una perspectiva del paciente, son más importantes que nunca.
El Plan de Innovación de Salud que trabajamos, bajo el auspicio del Departamento de Salud y los Centros para Servicios de Medicare y Medicaid del Gobierno Federal (CMS), sientan una firme zapata sobre cómo proceder efectivamente hacia la reconstrucción de un sistema de salud fortalecido y que atiende las necesidades de nuestra población. El mismo se trabajó con el apoyo de más de 300 voluntarios que proveyeron sus ideas y compromiso.
En el 2018, veo un gran alineamiento entre los sectores público y privado para llevar estos planes a la acción.